Que una buena rentabilidad no le quite el sueño
Dada la baja rentabilidad actual de las herramientas tradicionales de ahorro, inversores y ahorradores requieren de métodos alternativos de inversión para obtener una mayor rentabilidad sin por ello incrementar el riesgo contraído. Este libro explica con detalle dichas alternativas, tales como deuda pública (con rentabilidades muy superiores a cualquier depósito) o bien, fondos de inversión.
Asimismo, explica con detalle todo lo que un inversor debe saber a la hora de negociar con su banco y, sobre todo, todo lo que debe preguntar antes de contratar cualquier tipo de producto. Preguntas que a menudo, ya sea por desconocimiento, vergüenza o exceso de confianza con nuestro asesor bancario dejamos de hacer, como por ejemplo: ¿Puedo disponer de mi dinero? ¿Cómo? ¿Hay penalizaciones? o ¿Qué riesgo asumo?
Y es que en el escenario desinflacionista en el que nos encontramos, hay que disponer de toda la información disponible para analizar todas las ventajas e inconvenientes de cada inversión, sin dejar cabos sueltos y minimizando el riesgo. Para ello, este libro le ofrece un kit de supervivencia para que usted pueda obtener una rentabilidad razonable para sus ahorros y, al mismo tiempo, dormir tranquilo.
Es una realidad que los bancos cada día son más vendedores de productos financieros que bancos en el sentido clásico de la palabra, es decir, la entidad financiera que se ocupa de pagos y cobros, que da créditos y que hace depósitos a plazo. No tiene nada de malo que los bancos vendan productos financieros de todo tipo. No obstante, el problema surge cuando su forma de ganar dinero es vender de todo a todo el mundo sin considerar si el producto es adecuado para la persona que está al otro lado del mostrador. Y peor todavía: que le hablen de «asesoramiento» cuando se trata de una simple y pura venta de un producto.
Y desde que los ingresos -o incluso la supervivencia- de las entidades financieras -su cuenta de resultados- dependen cada vez más de los ingresos que les proporciona la venta de productos, cada vez se separan más los intereses del banco de los suyos. En otras palabras: cada vez es más habitual, desgraciadamente, que lo que le aconsejen comprar sea lo que le interese vender al banco y menos a usted.
Pero usted puede ahorrar o invertir sin perder dinero en el intento. Y sin tener por ello que dejar de trabajar con la banca, su banco u otras entidades financieras. En absoluto. En el fondo, con unas cuantas ideas claras, estará en condiciones de entrar por la puerta de una entidad financiera y salir con lo que necesita. Sólo tiene que seguir unas sencillas reglas. Por eso éste es su libro. Es el «kit de supervivencia» con el que puede entrar tranquilo en la selva financiera, obtener una rentabilidad razonable para sus ahorros y dormir tranquilo.